martes, 25 de septiembre de 2007

El síndrome de la "figuritis"

Enrique Avilán Acosta
www.enaviaco@yahoo.com

Los males y problemas de la fiesta siempre llegan por ciclos. Ahora hemos comenzado a adolecer del problema de la “figuritis” donde aficionados y periodistas caen en la adoración de ciertos toreros denominados figuras y que, según ellos, si no están en los carteles, éstos no valen nada. También acontece los contrario: denigran de figuras que a ellos no les gustan, como el caso de César Rincón.

Lo estamos viviendo muy de cerca con el caso de los carteles de Cali. Varios aficionados que tienen oportunidad de escribir en portales taurinos o simplemente se hacen notar a través del correo de Internet, sostienen la teoría que, si en los carteles no figuran El Juli, Ponce, Rincón o José Tomás, no vale la pena comprar boletas porque esas ferias adolecen de los incentivos que dan las figuras mencionadas, entrando en el difícil tránsito a la “figuritis”.

Lo más grave de este aspecto, es que, con sus constantes quejas, no construyen nada bueno para la fiesta. Todo lo contrario: destruyen. Un ejemplo claro y muy de actualidad: César Rincón que acaba de culminar su temporada en Europa con un triunfo grande en Barcelona, precedido de otros importantes como el faenón de Sevilla o la salida en hombros de Ronda, (única de un latinoamericano en la historis de esa plaza) con siete Puertas grandes en el año, de acuerdo a algunos, “no ha debido actuar en esta temporada”. ¿A quien le hacen daño… a Rincón? No… ¡A la Feria de Cali! que lo tiene como el soporte número uno de sus carteles.

Ahora, que José María Manzanares ha cortado su temporada por un supuesto “dengue” que, en opinión de varios médicos aficionados taurinos, no parece ser un motivo realmente válido para dejar de torear, resultan los afectados por la “figuritis” que sólo puede ser sustituído por una de las figuras como El Cid, José Tomás o El Juli. Ninguno más llena sus expectativas y anhelos.

Pero se llega a la conclusión que esos apasionados ”defensores de la fiesta y dizque de los aficionados” solo están interesados en hacer daño y en pretender que sus caprichos sean atendidos así se lleve el diablo, económicamente, a las empresas. Claro que la mayoría de los dardos están dirigidos hacia la empresa caleña porque, de sus plazas, poco a nada comentan o escriben.

¿Hasta donde llegaran estos pretendidos “aficionados” que no ven más allá de sus caprichos y de sus tercas y sesgadas posiciones? Los tendremos que seguir soportando o, como muchos han tenido que hacer: No pararles bolas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Don Enrique, leo su comentario y usted siempre con las mismas.Los aficionados que pagan sus entradas con tanta anticipacion y tienen por su conocimiento un nivel de exigencia no se conforman ni creen que los toreros del primer escalafon se puedan o deban reemplazar por nombres de menos categoria y expectacion. Sin embargo porque si Bogota puede contratar al Juli, Jose Tomas y Ponce, como es que Cali, plaza de mas aforo, en plena feria de la Caña de Azucar, donde la gente va solita al espectaculo taurino pues esa es la costumbre, no puede confeccionar y mas para un Cincuentenario, cayendose Jose maria Manzanares, un cartel de mas campanillas?.. Quienes seran los sesgados y quienes seran los que le hacen daño a la aficion, ustedes que creen que todo lo que brilla es oro, o nosotros que defendemos la aficion de los carteles baratos?..
Tomas Cruz V.