jueves, 4 de octubre de 2007

En la despedida del maestro colombiano


Entrevista de Pla Ventura

CÉSAR RINCÓN: La grandeza... del fracaso al triunfo en cinco minutos
En ese mundo mágico de las coincidencias, es bueno resaltar que, nuestra casa, Opinionytoros, cumple en estos días tres años en el espacio cibernético. En aquella, para nosotros, ilusionada fecha, para inaugurar la sección de “Mano a Mano”, nos cupo el honor de tener junto a nosotros al ya mítico César Rincón. Ahora, casualidades del destino, para celebrar nuestro aniversario y coincidiendo con la despedida del legendario torero de Colombia, hemos tenido la fortuna de conversar nuevamente con el maestro. Quisimos inaugurar nuestra casa como medio universal, precisamente, con el más universal de los toreros, César Rincón, uniendo con su personalidad los dos lados del Atlántico; en aquella ocasión, el maestro, restablecido de su enfermedad nos daba la primicia de su reaparición y, ahora, con motivo de su retirada, nos concede el honor de sus palabras. Bien hallado, maestro.
Ha sido, para nosotros, un momento extraordinario puesto que, el diestro bogotano estaba feliz, pletórico tras su apoteósico triunfo final de despedida en las plazas de España y Francia y, su alegría, la que desborda todo su ser, es de la que hemos gozado. El momento anímico también cuenta; no es lo mismo entrevistar a un hombre derrotado por una cornada, por decir un hecho posible en un torero, que entrevistar al hombre que, unas horas antes, ha saboreado el éxito en total medida. Nuestra gratitud para César Rincón por su amabilidad, por su generosidad en todas y cada una de sus palabras y, de alguna manera, por compartir junto a nosotros nuestra particular efemérides.
Se marcha un grande de la torería del mundo, un torero con marchamo de figura, un diestro de vitola importantísima, un diestro cabal y un hombre extraordinario. Sus acciones, durante toda su existencia, lo han dicho todo de él. Rincón no ha necesitado, en modo alguno, la anuencia de esos medios que abruman al esperpento de turno puesto que, el colombiano, con su torería, arrestos, arte, valor y su tremendo corazón, le sobraban argumentos para ser y sentirse grande; como le dirían en México, todo lo demás, le salía sobrando. En realidad, ¿habrá algo más hermoso que de un torero se hable de sus triunfos en los ruedos? Sin duda alguna, es lo más bello. Un torero, como ser libre, puede anunciar relojes y calzoncillos, nada es más cierto, pero cuando un torero lo es de verdad, de pura cepa, desde la montera hasta las zapatillas, sólo precisa del toro para lograr el estrellato. Rincón es el paradigma de cuanto digo, de ahí, la grandeza que anida en su ser. Sus cinco lustros como torero darían argumentos para escribir un libro en este instante; dejemos que sea nuestra entrañable María Corbacho, quién lleve a cabo tan digno menester puesto que nuestra común amiga, admiradora, amiga y persona mejor documentada del mundo referente al maestro, será ella la que, cuando lo estime oportuno, nos deleite con la vida y obra del gran César Rincón. Ahora, sobran nuestras palabras; faltan las del maestro que, sin duda alguna, nos ha dejado cautivados con su verbo.



-Si le parece, maestro, empecemos por el final; es decir, por la tarde de su despedida en Barcelona. Sonará a tópico pero, ¿qué sintió el pasado domingo 23 de septiembre cuando le izaban en hombros tras su apoteosis incuestionable?



Una sensación muy bonita; algo hermoso que, si te digo la verdad, lo estaba añorando. Una vez más, como se pudo comprobar, en dicha fecha, en mi persona se obró un nuevo milagro, como era pasar de un paisaje sombrío como ha sido mi temporada, a tocar el cielo con mis manos. Esta es la grandeza de nuestra profesión, que pasas del fracaso al triunfo en cinco minutos. Fui tremendamente feliz, como lo he sido tantísimas veces en mi vida.



-Todo salió como usted deseaba pero, me contaron que, antes del festejo, estaba usted como triste; y no precisamente por la tristeza que podía suponerle su propia despedida. ¿Qué pasó, maestro?



Fíjate que, un triunfo más o menos, a estas alturas de mi vida, nada iba a cambiar el curso de lo que ha sido mi destino; es decir, si no triunfaba, tampoco pasaba nada pero, deseaba con todas mis fuerzas acariciar el éxito; lo necesitaba en mi fuero interior. Al final, todo salió perfecto y, sin duda alguna, ha sido mi tarde más redonda en esta temporada. Mi tristeza, como apuntabas, era que, estaba teniendo una temporada gris; hasta algunos dudaron de mi valía y, eso es lo que me entristecía; que alguien pudiera pensar que me marchaba derrotado, era algo que sangraba mi alma. He tenido la peor campaña puesto que, como es notorio, los toros no se quisieron aliar conmigo, prácticamente, en ninguna plaza importante y, esa era la razón de mi tristeza.



-Es cierto que usted no ha tenido gran fortuna esta temporada pero, siguiendo con las coincidencias de las que antes hablábamos, era su corrida número treinta y tres, es decir, los años de Cristo y, como número mágico, fíjese qué resultado más hermoso, ¿verdad?



No había caído yo en esa cuenta pero, lo que si es cierto es que, el domingo pasado, le pedí mucho a Dios que me ayudara puesto que, aunque no tuviera trascendencia ni relevancia, necesitaba de éxito más que nunca. El que todo lo puede escuchó mi ruego y me otorgó el placer de tener una de mis tardes más rotundas.



-Se ha marchado usted del toreo en una plaza grande, justo de primera categoría y de gran relevancia pero, no ha faltado quien ha dicho que, tenía que haber sido Madrid el testigo de su arte en su última actuación. ¿Por qué no eligió usted Madrid para la despedida de su torero más consentido de dicha afición?



Problemas de diversa índole no fructíferaron en que se hiciera realidad cuanto dices y, el primero en lamentarlo fui yo; pero me llevo, desde siempre, el corazón de toda la afición de Madrid y, por supuesto, la de toda España y Francia, hablando de este continente europeo en que nos encontramos.



-Los años, para usted, si me lo permite, deje que le diga que, apenas han pasado; está usted pletórico pese a sus cinco lustros de alternativa. ¿Cuál ha sido el motivo concreto de su retirada?



Sencillamente, haber cumplido el ciclo que circunscribía todos mis sueños y, me he marchado ahora, con el regusto y sabor de mis cercanos éxitos por todo el mundo. Era el momento y, como quiera que, todas las carreras, tengan un final, el mío, entiendo que había llegado. Podía haber exprimido un poco más mi trayectoria pero, como si de un presagio se tratare, fíjate que, en esta temporada de mi despedida, todo se ponía en mi contra, como si el destino quisiera jugarme sucio; al final resulté vencedor y mi éxito de Barcelona ha borrado las tardes oscuras.



-Ese mal fario del que hablamos empezó en Madrid en este año en que, sus toros, por nada del mundo quisieron saber que era usted César Rincón, ¿los recuerda?



Claro que lo recuerdo, y tanto. Puse de mi parte cuanto tenía, me jugué la vida sin trampa ni cartón pero, la situación era totalmente imposible. Piensa que, mi dolor, en esta temporada de mi adiós era debido a que, luchar contra los imponderables, era una tarea inútil y, a su vez, yo entendía la ilusión y esfuerzo que habían puesto los aficionados y, ver que les defraudaba, aunque yo no tuviera la culpa, aquello me derrumbaba por completo. Menos mal que, al margen de Barcelona, he llevado a cabo un puñado de faenas que han salvado mi honor.



-¿Es usted el colombiano más español del universo?



Soy un ser humano nacido en este bello planeta al que conocemos como la Tierra, de origen colombiano pero que, España, desde el primer momento, supo acogerme como un hijo más. Mi gratitud para todos ustedes que me han permitido ser aquello que siempre soñé; un torero reconocido en todo el mundo.



-Dicen maestro que se marcha usted lleno de gloria pero, una gloria ganada a pulso, con su cuerpo lacerado por innumerables cornadas y, para colmo, haber luchado contra una cruel enfermedad. Todo lo superó usted. ¿Qué añora en este momento de su despedida?



Nada. Si me quejara de algo sería una infamia. Tengo todo lo que soñé; es más, yo diría que lo que tengo, ni en sueños lo podía percibir. Pese a todo cuanto has enumerado, soy un hombre afortunado. Dios me ha dado mucho más de lo que jamás llegué a imaginar. Se salvó mi cuerpo de las innumerables cornadas que tú apuntas, logré sobreponerme a la hepatitis que puso en peligro mi vida; soy, como te digo, un hombre aliado con la fortuna.



-Le imagino en la soledad de su alcoba y, en algunas ocasiones, rememorando su pasado humilde en su Colombia del alma. Cuando se mira al espejo, contempla la gratitud y éxitos que ha tenido, sus logros que ha podido comprar con su arte y con su sangre, ¿qué piensa de aquel muchachito humilde que soñaba con comprarle una casa a su señora madre?



Una gratitud inmensa para con la vida. He sido un afortunado en todos los sentidos. Piensa que, tanto en Colombia y España, como en cualquier país, son muchos los chavales que intentan ganarse la gloria con el toreo y, la gran mayoría, desdichadamente, quedan en el camino. Por esa razón, jamás olvidaré de donde vengo y, lo que es si es cierto es que tengo muy claro a donde voy.



-Yo tengo claro hacia donde quiere ir usted pero, ¿qué motiva que cualquier criatura mortal, en el ámbito que fuere, pueda lograr el éxito; la suerte, la constancia…?



Decía un sabio que, la suerte, siempre le llegaba cuando estaba trabajando. Quiero decirte que, la suerte es un factor fundamental y, mi caso, como hemos conversado, esta temporada, se ha demostrado. No tuve suerte en los sorteos de mis toros y, mis ilusiones se derrumbaban. También es cierto que, este tipo de situaciones, no duran toda la vida. Es verdad que, en todo menester, uno tiene que poner todo de su parte; yo siempre estuve dispuesto para derramar hasta mi última gota de sangre por lograr mi objetivo como era ser figura del toreo; no puse reparos a nada y, como premio, tras muchos esfuerzos, tuve la recompensa.



-Maestro: ¿Qué tiene Madrid que no tengan las otras plazas?



La categoría suficiente para encumbrar a todo aquel que sea capaz de crear arte en su ruedo y que, a su vez, el aficionado, palpe que, el diestro en cuestión es capaz de dejarse matar en el bello empeño. Luego, todo lo logrado en Madrid, hay que ratificarlo por el mundo pero, el primer paso, siempre será de las Ventas de Madrid.



-Recuerdo César Rincón que, la primera vez que le vimos salir en hombros de Madrid, sus ojos estaban empañados de lágrimas. ¿De dónde venía el llanto?



De lo más profundo de mi corazón; pero no solo la primera vez, todas las veces que atravesé el umbral de dicha puerta, me sucedió lo mismo. Es tanta la dicha que te embarga que, te vence la emoción y, es imposible sustraerse a dicha emoción; algo increíble, tan maravilloso como la propia existencia.



-Dicen, maestro, los toreros que le precedieron a usted en la retirada que, la mejor faena, siempre les quedó por hacer. ¿Piensa usted lo mismo?



Si entendemos la mejor faena como la propia perfección, posiblemente así sea puesto que, perfecto solo es Dios. Pero yo quiero pensar que, en realidad, son más eufemismos que realidades puesto que, como imaginarás, tras cinco lustros como torero, uno ha tenido la oportunidad de lograr faenas inolvidables. He salido en hombros de las plazas más significativas en el mundo; he saboreado el éxito en cientos de plazas, por tanto, lamentarme de algo, sería una banalidad por mi parte.



-México y Colombia le aguardan. ¿Cómo afronta usted su último reto?



Con la desmedida ilusión de que, como en Barcelona, me embistan unos toros en cada país y, de lo demás, me encargo yo. De que iré pletórico de ilusiones, ello es algo innegable. Fíjate que, me retiré en España y, sin embargo, de cara a mis compromisos en México y Colombia, todavía albergo las ilusiones del muchacho que empieza. Me gustaría que, mi definitivo adiós en Bogotá, tuviera la misma magia que la de Barcelona. Dios quiera que así ocurra.



-¿Qué queda, maestro, de aquel muchachito que, si no recuerdo mal, con doce años se enfrentó usted al primer becerrito en su país?



Yo pretendo que, a lo largo de mi vida, en mi interior, anide siempre el niño que todos llevamos dentro puesto que, de lograrlo, con toda seguridad, viviré siempre feliz.
-Imagino que, si hace un balance exhaustivo de su vida, igual le queda alguna factura por pasar, ¿verdad? Se lo digo porque, sus primeros años fueron muy difíciles y tuvo que soportar muchas humillaciones.



No soy hombre de rencores. En definitiva, la vida, por sí misma, es muy sabia y, al final, le otorga a cada cual su merecido. El pasado no tiene vida, ya murió; el futuro queda por venir, por tanto, es el presente donde me aferro cada día. Es cierto que, para llegar a ser torero, y mucho más figura del toreo, el camino suele ser muy duro y vive uno situaciones muy dramáticas aunque, como es sabido, el ser humano lo supera todo y, mucho más, cuando como yo, tienes la ilusión por ser figura del toreo. Logré mi objetivo y, lo que queda en mi ser no es otra cosa que, mi gratitud hacia la vida y a todos cuantos me ayudaron en mi camino.



-Le digo la estrofita de una canción para ver si le recuerdo algo. “Aquella viejita que tanto adoré….. mi madre del alma que no olvidaré….”



Me hiciste recordar a mi madre y, en este instante, tras tantos años, todavía me embarga la emoción de su recuerdo. Con esa pena he vivido mi éxito y mi gloria, al comprobar que, todo lo que ella soñaba y deseaba para mí, jamás pudo verlo hecho realidad. No lo ha vivido de forma física pero, seguro estoy que, desde el más allá, ha gozado de mis éxitos como en realidad me los deseaba.


-Maestro Rincón, que la vida le siga sonriendo. Si alguien merece la felicidad y la dicha, ése es usted.

lunes, 1 de octubre de 2007

Panorama Taurino de Colombia

.- Burladero Tres, hoy por Visión Satélite a las 10:a.m. y las 10:00 p.m.
.- José Arcila en el Perú - Corridas y tentadero de una semana
.- Ingratitud...¿Patrimonio de la humanidad? - Luis Garcés G.

Hoy se emite el programa Burladero Tres, como todos los martes por Visión Satélite, canal 16, con lo más destacado de la semana y con imágenes de lo acontecido en Barcelona con la triunfal despedida de César Rincón y el triunfo de Serafín Marín. Para los que gustan del toreo de capa, tienen oportunidad de “degustarse” con los quites de varas que se vieron en esa corrida. Igualmente, la Sección Didáctica, Foto Palco y las noticias de mayor relieve de la semana concluida el lunes anterior.

El novillero manizaleño José Arcila, formado en la Escuela de Tauromaquia de Cali ha iniciado una corta campaña por el Perú, habiendo toreado el pasado domingo en Cajamarca habiéndole ido muy bien pues fue ovacionado en un ejemplar y cortó dos orejas al segundo. Está invitado a un tentadero en esa misma población, que se extiende por toda la semana y en el que se van a tentar ¡doscientas vacas! en trabajo que extiende hasta el domingo o lunes próximos. Estará acompañado del matador español Vicente Bejarano y dos peruanos, uno de ellos, el novillero David Carrasco. Esto se dio porque, en la corrida, el ganadero estaba en la plaza y lo invitó.
Realmente, la lucha de estos muchachos egresados de la Escuela y de la mayoría de chicos que tratan de abrirse campo en esto del toro, es una tarea más que ardua puesto que, no pudiendo viajar a España, les toca rebuscarse la forma de figurar y hacerse a un sitio en los toros. “Acá es un buen lugar, hay mucha afición y se tiene oportunidad de practicar bastante que es lo que más necesitamos los novilleros que pretendemos llegar a la alternativa con suficiente preparación".
Finalmente, José nos anuncia que vuelve a torear el 11 o 12 de este mes y que nos estará contando lo que allí suceda así como los resultados del extenso tentadero que se inicia mañana martes.

Ingratitud...¿patrimonio de la humanidad?

Luis Garcés G. ( Astauros ).


Siempre se ha dicho que la ingratitud es algo de común ocurrencia dentro de los seres humanos y muchos los casos a mencionar para confirmar este axioma que habla del mal comportamiento de las personas en lo que se refiere a la gratitud y hasta podemos remontarnos al comienzo de la era cristiana cuando el mismo Jesucristo no fue ajeno a esa actitud de las gentes a quienes tanto les prodigó favores y tal comportamiento lo hizo manifestar a sus fervientes seguidores, que se iba de este mundo con el profundo dolor de cuan desagradecida era la humanidad.

El difícil mundo del toro no es ajeno a estos comportamientos. Traemos a colación la noticia que, no sin sorpresa, se ha conocido recientemente en el sentido que José Antonio Campuzano no seguirá apoderando al diestro Sebastián Castella y esta sorpresa obedece a que entendemos que el ex matador tomó su manejo desde muy niño, pues aquí lo vimos cuando lo trajo siendo un “chavalillo” y, prácticamente se dedico con gran esmero a enseñarle a torear, guiándolo hasta formarlo como figura del toreo y llevarlo al sitial que hoy ocupa, es decir, que sin quitarle las condiciones innatas que pudiera tener para este arte, tuvo en este mentor, la mano que lo condujo por el sendero del triunfo.


Esta actitud ha llevado a Campuzano a declarar para la prensa, con voz emocionada: “lo recibí en casa hace 10 años y hoy me ha dado un portazo, diciéndome: usted ya no me sirve ”. Entonces, ¿será este un nuevo caso de ingratitud?. Desde luego, no conocemos las razones de fondo que existan para este rompimiento de las relaciones profesionales de estos dos personajes y, por consiguiente, no tenemos suficientes elementos de juicio, pero, nos asiste una cierta inquietud al respecto, especialmente por las circunstancias que rodearon esta relación.

Sin embargo, esperamos que su nuevo apoderado, Luis Manuel Lozano, de la Casa Lozano, al tomar los destinos del este buen torero, contribuya a mantenerlo como valor importante de la torería mundial, para bien de la fiesta de los toros y la afición, entre ella, la de Colombia. Por consiguiente continuemos deleitándonos con las virtudes toreras de este gran exponente del más bello de los artes.

Nos deja, eso sí, la impresión de no tener muy claro y definido el verdadero significado de la gratitud, si nos basamos en las declaraciones de José Antonio en uno de cuyos apartes, repetimos, Castella le sentenció: “usted ya no me sirve” y esto es lo que más sorprende.